En una planta de tratamiento de agua se detectaron niveles elevados de yodo radiactivo. Los cuidadores de los jardines de infancia deben evitar ahora que los pequeños beban agua. Aunque, como insisten las autoridades, no existe un peligro inmediato para la salud. Hasta ahora, los habitantes de Tokio habían escuchado noticias de radiactividad procedentes, sobre todo, del noreste del país, la zona afectada por el terremoto del 11 de marzo. En tanto, el Ejecutivo japonés prohibió ayer a otras dos prefecturas la venta de vegetales y leche  ante la elevada radiactividad ocasionada por el desastre nuclear en Fukushima.  Las autoridades detectaron altos niveles de radiactividad en 11 tipos de productos agrícolas procedentes de la prefectura de Fukushima, entre ellos el brócoli y el repollo. La perceptible angustia entre los consumidores japoneses, muy exigentes con la seguridad alimentaria, se propagó al extranjero. EE.UU. prohibió la entrada en su territorio de leche, productos lácteos, verduras frescas y frutas procedentes de Japón.  En Europa, Francia pidió a la Comisión Europea que impusiera en las fronteras de la Unión un “control sistemático” a las importaciones de productos frescos japoneses.  Hong Kong también puso restricciones a las importaciones niponas. En otros lugares de Asia se evitan los  alimentos japoneses. De otro lado, esta mañana se reanudaron las operaciones para intentar refrigerar el reactor 3 de la central Fukushima 1, tras interrumpirlas la víspera debido a la emanación de un humo negro. Y la electricidad fue parcialmente restablecida en la sala de control del reactor 1, anunció la Agencia de Seguridad Nuclear. Ayer, un sismo de 4,9 grados en Ibaraki, no causó daños