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En Guayaquil están registrados alrededor de 3.000 colombianos, de los cuales unos 500 se dedican a tareas productivas como a la elaboración de artesanías, pastelería, bisutería, pintura, entre otros.

 
Desde el 2010 Carlos Acuña se dedica a dibujar cuadros para luego comercializarlos. Foto: Lylibeth Coloma |  El Telégrafo 

Desde el 2010 Carlos Acuña se dedica a dibujar cuadros para luego comercializarlos.

 

Con sus dos hijos y esposa, “Roberto”, nombre protegido, huyó del Valle del Cauca, situado en el suroccidente de Colombia para dejar de ser intimidado por la guerrilla que frecuenta la zona.

Los colombianos tenían un negocio en el lugar, vivían en excelentes condiciones, hasta que un grupo de guerrilleros se apropió de la zona, les empezó a robar sus artículos y a exigirles las llamadas vacunas (cuotas para dejarlos trabajar, 300.000 pesos -$ 165). Desde ahí sus vidas fueron un martirio y decidieron venir para Ecuador.

Los primeros días fueron difíciles. Recuerda “Roberto” que nadie les quería dar trabajo y que sus condiciones día a día se volvían más dramáticas. “Ya tenemos aquí cinco meses y las condiciones están mejorando. A través del Gobierno y las ONG hemos recibido apoyo para realizar actividades productivas y aprovechar nuestras habilidades para con ello salir adelante”, dice Roberto, quien se encuentra en calidad de refugiado en el país.

“Roberto” y cerca de 500 refugiados de un total de 3.000 registrados en la ciudad de Guayaquil se dedican a la elaboración de artesanías, bisutería, pintura, pastelería, entre otros emprendimientos.

Los refugiados reciben capacitación y financiamiento por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración (Mreci) y organismos como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Servicio Jesuita, Misión Scalabriniana y Comité de Derechos Humanos.

El Mreci organizó ayer la feria “Refugio para mi emprendimiento”, con el fin de promover el emprendimiento de los ciudadanos en calidad de refugiados de Guayaquil.

Esta actividad es parte de los esfuerzos humanitarios de la Cancillería por integrar a este sector y acercarlos a los servicios brindados por el Gobierno y contemplados en los instrumentos internacionales de asistencia.

Uno de los participantes de la feria, Epifanio Aguirre, oriundo de Guaviré, lleva 12 años viviendo en el país y desde hace 3 elabora quesos de leche, los que vende todas las mañanas en la ciudadela el Recreo, cantón Durán, provincia del Guayas.

“Por iniciativa propia inicié mi propio negocio, pero con el apoyo de las instituciones lo he podido mejorar y obtener mayores recursos”, dijo Aguirre, quien luego de ser secuestrado 9 meses por la guerrilla decidió buscar mejores días en Ecuador.

Joly Pinillo, coordinadora de la Dirección de Refugio de Guayaquil, indicó que el objetivo de la feria es mostrar a la sociedad ecuatoriana que los asilados “también son útiles y ayudan a la actividad económica y productiva del país dándonos a conocer sus servicios”.

Enfatizó que todos los solicitantes de refugio tienen los mismos derechos que los ciudadanos ecuatorianos. “Los refugiados ya están accediendo a muchos beneficios y se está trabajando con las diferentes instancias del Estado para aperturarles créditos y así puedan abrir sus microempresas”, mencionó Pinillo.

Informó que ahora los refugiados también tienen la oportunidad de terminar su carrera educativa universitaria en el país.

De su parte, Manuel Dos Santos, jefe de Oficina de la Acnur, mencionó que con los refugiados están tratando de ser integrales y de procurarles autosuficiencia de una manera digna para así contribuir al bienestar de sus familias y que una de las soluciones son estos pequeños negocios. En Ecuador hay 56.000 personas reconocidas como refugiadas, la mayoría proviene de Colombia. (98%).

 

fuente Diario El Telegrafo

La Asamblea Nacional decidió allanarse al veto que el Presidente de la República dio a la Ley Orgánica de Regulación de Créditos para la Vivienda y Vehículos, en donde se pusieron limitaciones a las hipotecas abiertas.

 
Las instituciones deberán destinar recursos para los créditos hipotecarios.Las instituciones deberán destinar recursos para los créditos hipotecarios.

La Asamblea Nacional decidió allanarse al veto que el Presidente de la República dio a la Ley Orgánica de Regulación de Créditos para la Vivienda y Vehículos, en donde se pusieron limitaciones a las hipotecas abiertas.

Fueron 48 votos a favor los que permitieron que el legislativo decidiera aprobar los cambios a la ley. Antes del veto el documento determinaba la obligación a las entidades financieras de que destinaran un mínimo del cinco por ciento de su patrimonio técnico a operaciones hipotecarias.

Con el cambio aprobado, ahora será la Superintendencia de Bancos la que fijará anualmente el porcentaje de operaciones hipotecarias obligatorias que cada entidad mantendrá en relación a su patrimonio técnico constituido que será decidido en base a la función de su naturaleza, objeto y giro de negocio.

El veto no realiza ningún cambio en los artículos ni en ninguna disposición del proyecto aprobado, referente a los créditos de vivienda que no excedan de los 500 salarios básicos unificados y a los de vehículo cuyo monto inicial no exceda de los 100 salarios.

Es así como, las obligaciones contraídas por los créditos señalados y que sean declarados de plazo vencido, podrán ser cobradas a través de la respectiva ejecución o dación en pago del bien dado en garantía, con lo cual se extinguirá la deuda.

La intención de colocar el cinco por ciento del patrimonio técnico constituido de los bancos fue para evitar que a partir de la expedición de la ley los bancos dejen de conceder créditos para la adquisición de viviendas, dijo Paco Velasco, presidente de la Comisión de Régimen Económico y ponente del proyecto.

 

fuente Diario El Telegrafo

Los representantes del sector automotriz creen que focalizar el subsidio a los combustibles sería la medida más efectiva para reducir la contaminación y no la restricción a las importaciones.

 
Según empresarios, el parque automotor del país tiene un desarrollo desordenado y sin planificación. Foto: Edison Serrano | El TelégrafoSegún empresarios, el parque automotor del país tiene un desarrollo desordenado y sin planificación.

El incremento del parque automotor en el país -concentrado en las provincias de Pichincha (42%) y Guayas (21%) según las cifras de la resolución N.º 66 del Comité de Comercio Exterior (Comex)- mostraría “una deficiencia en el servicio público que obliga al ciudadano a adquirir un vehículo”, asegura Jaime Cucalón, presidente de la Asociación Ecuatoriana Automotriz.

No obstante, reconoce que no se trata de un problema de momento, sino que se trata de un fenónemo que data de hace 30 años como consecuencia de la falta de planificación vial.

Guillermo Abad, representante de Justicia Vial, aseveró que si “en el año 89 el 83% de las personas utilizaba transporte público, en el 2010 la cifra bajó al 62%, lo cual demuestra la deficiencia de este servicio”, acotó.

Por ello, Cucalón indicó que uno de los factores para que la gente prefiera comprar su vehículo propio es la falta de seguridad en el transporte público y las facilidades para comprar un auto nuevo, lo que es parte de la “superación familiar”.

Raúl Freire, gerente de Camc Truck, indicó que la decisión del Gobierno de establecer un cupo para las importaciones de automotores es “una medida que preocupa a todos”, pues considera que no es una decisión técnica y cuestiona que no se haya consultado con los importadores, menos aún, se ha pensado en el impacto económico y laboral de la resolución. Además, recordó que los pedidos de importación se realizan con, al menos, cuatro meses de anticipación.

El empresario asegura que el Ecuador “vive un desarrollo desordenado y sin planificación porque aumenta el parque automotor y con ello el consumo de combustibles -gasolina y diesel- que son subsidiados por el Estado”. De ahí que, Freire considera que es necesario que el Gobierno focalice los subsidios a los combustibles como una medida más idónea y efectiva para reducir los niveles de contaminación ambiental.

Cucalón, por su parte, manifestó que de adoptarse esa medida, los propietarios de vehículos “buscarán rodar lo estrictamente necesario o preferirán usar vehículos con motores de bajo cilindraje porque se verán afectados sus bolsillos”.

El analista económico Marco Posso, considera que una propuesta de focalización de los subsidios en combustibles sería un cupo de 30 galones cada mes y si se supera esa cantidad, el usuario debería pagar el valor real. Asegura que, en promedio, un vehículo particular consume 60 galones de gasolina por mes y por cada galón el Gobierno gasta 1,5 dólares.

Es decir, el propietario de un carro “recibe un subsidio de 45 dólares al més, eso es más de lo que recibe una madre por el Bono de Desarrollo Humano”. Sin ese subsidio, sostiene Posso, el Estado ahorraría unos 600 millones de dólares anuales; pues actualmente destina 3.500 millones de dólares anuales a la compra de combustibles.

El gerente de Petroecuador, Marco Calvopiña, indicó que en el país se venden alrededor de 60 mil barriles diarios de gasolina, con una diferencia de entre 2% y 3% entre Súper y Extra. Y recalcó que el consumo aumenta cada año.

En lo que va del año, el sector automotriz ya ha importado el 80% de sus previsiones anuales y dicen que el 20% restante no será suficiente para atender la demanda.

 

fuente Diario El Telegrafo