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Desde que cerraron la sala de juego en la que laboró por cerca de ocho años como técnico de reparación de máquinas tragamonedas, Marco Bajaña no ha podido conseguir trabajo, pese a que ingresó sus datos a la página de la red Socio Empleo y, por cuenta propia, ha dejado carpetas en empresas.

Ayer volvió a entregar cinco sobres con su hoja de vida a varias de las compañías que participaron en la Feria de Oportunidades Laborales que organizó el Gobierno para personas desempleadas, en especial, aquellos que laboraron en salas de juego que fueron cerradas a partir de los resultados de la consulta popular.

“Espero que esto sea una solución y pueda conseguir algo, porque una dificultad que he tenido es que cuando me preguntan por mi experiencia digo que es como técnico en reparación de tragamonedas y lo que quieren las empresas es otra cosa”, aseveró Bajaña.

Una situación similar experimenta Jorge Merino, quien lleva tres meses sin lograr un puesto y ayer acudió a la feria para “ver si sale algo”. Tras entregar dos carpetas, Merino conversó con otros de sus compañeros que laboraron para salas de juego “que tampoco han conseguido trabajo o los han llamado para uno”.

En la feria, que se desarrolló en el hotel Oro Verde de Guayaquil, cerca de 60 empresas receptaban hojas de vida y daban información sobre las vacantes. A los postulantes se les indicaba que se analizarían las carpetas y de ser factible, los llamarían de acuerdo a sus requerimientos.

Álvaro Jijón, director de empleo y reconversión laboral del Ministerio de Relaciones Laborales, afirmó que tras la feria se esperaba que por lo menos se gestionen unas 500 plazas de empleo. Ello, considerando, que por cada empresa participante se estimaban ocho vacantes disponibles.

El funcionario aseveró que la feria iba orientada a poner a disposición de los desempleados la oferta laborable y abrir espacios de encuentro. Jijón indicó que si bien la mayor parte de los asistentes eran exempleados de las salas de juego, la convocatoria fue abierta.

Simón Bajaña, secretario del comité de trabajadores de las salas de juego Profeseries (antes Invermun), aseveró que los 1.300 trabajadores aún no tienen empleos y están a la espera de las liquidaciones.

El dirigente mostró su preocupación por el monto fijado para la venta de máquinas tragamonedas que servirán para el pago de las liquidaciones. A criterio de Bajaña, los $ 2,46 millones no permitirían cubrir sus liquidaciones si se considerara antigüedad, horas extras e indemnizaciones.

Cifras

8
vacantes, en promedio, tenían las empresas que participaron en la feria.

9
horas duró ayer la feria de oportunidades laborales .

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Fuente El Universo