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262 industrias menos en Guayaquil

19 septiembre, 2011 @ 8:53
publicado por Freddy

Hace tres años la compañía Murelsa S. A. dejó de tener vida propia. Sus activos pasaron a formar parte de Agripac S. A., una de las empresas más grandes del país, dedicada a la venta de suministros agrícolas.

«Hoy en día son muchos los grupos que optan por fusionarse y consolidarse. Lo hacen por asuntos administrativos y para mejorar eficiencia», explicó Mitchell Nick, gerente general del grupo Agripac.

Su traspaso contribuyó al fortalecimiento de esta última sociedad, pero provocó la disminución del número de establecimientos industriales: según la Superintendencia de Compañías, en 2010 se contabilizaron 1.779 industrias, 262 menos que las registradas en 2004 (2.041).

La Cámara de Industrias de Guayaquil (CIG) alega que el proceso de fusión de grupos empresariales fue una de las causas del descenso del número de instituciones, lo que hizo que la participación de la industria porteña, a nivel nacional, baje del 44% al 38%. Otras causas que se apuntan son la eliminación de la tercerización, la crisis económica de 2009 y el panorama nacional «poco alentador» para invertir.

Las estadísticas demuestran que de 2004 a 2007 hubo cierta estabilidad en el sector. Este último año se contabilizaron 2.159 sociedades, pero la caída empezó en 2009 (1.650) hasta llegar a 1.779 (2010).

Xavier Durán Dyer, quien se desempeñó como presidente de la CIG en el periodo 2009-2010, recuerda que la política gubernamental de eliminar la tercerización, consagrada en el decreto 1701 emitido hace dos años, fue otra de las causas de la desaparición de muchas industrias. «Solo en la Cámara existían cerca de 50 compañías que recibían el servicio de la tercerización. Esas desaparecieron. La mayoría eran pequeñas industrias», rememora.

La crisis mundial, según Durán, también provocó que algunas de las empresas menos consolidadas cierren sus puertas. «Fue un golpe muy fuerte. El hecho repercutió en la mano de obra. Recuerdo que hubo un incremento de la desocupación a nivel nacional, sobre todo en Guayaquil… llegó a niveles de hasta el 12%».

Así, industrias como Serviadpro S. A., Panelgram S. A., Suplitodo S. A. fueron liquidadas. Otras como Telemil S. A. y Coparamos Comercial Paramos S. A. pasaron a formar parte de otros consorcios.

A nivel nacional el número de industrias no decreció, pero en 7 años apenas logró incrementarse un 0,4%. De acuerdo con la Superintendencia, en 2004 hubo 4.610 empresas, en 2010, 4.631.

Para Richard Martínez, asesor de la Federación de Cámaras de Industrias de Ecuador, es normal que todos los años ciertas empresas dejen de funcionar. Lo que no es normal, dijo, es el estancamiento del sector.

«Una de las razones es que el número de las empresas que desaparecen es mayor en relación con las que se crean… (A nivel nacional) entre 2008 y 2009 habrían cerrado 791 y habrían surgido 277», apunta Martínez, quien cree que el panorama de inseguridad jurídica e inestabilidad tributaria «no coadyuva para que pueda haber crecimiento o una inversión elevada».

Las pequeñas y medianas industrias siempre serán las más afectadas si no se cambia además el modelo económico que ha fortalecido solo a las grandes. Así lo cree Luis Miranda, analista macroeconómico de la Universidad del Pacífico. «Me parece que una parte de la solución sería limitar a los grandes negocios que no dan posibilidades a los pequeños. En algo podría aportar la Ley de Control de Mercado que ahora se discute en la Asamblea», afirma.

Miranda también habla de crear políticas para que estas pequeñas empresas puedan formalizarse, así como obtener asesoramiento productivo y capacitación a través de la creación de escuelas especializadas.

Sin embargo, Durán recalca que la disminución de sociedades no necesariamente significa que el sector esté produciendo menos. «Hay que tomar en cuenta que la mayoría son sociedades pequeñas y medianas. Las grandes, las más fuertes, siguen funcionando y han ido incrementando su productividad y mano de obra, de alguna manera supliendo ingresos que han ido desapareciendo».

El ex titular de la CIG no se muestra optimista, pese a los intentos que realiza el Gobierno por renovar el aparato productivo. «Yo veo un progreso muy lento», dice. Sobre todo si el Código de la Producción, principal herramienta gubernamental para incentivar al sector, mantiene «graves errores» como excluir a Quito y Guayaquil del proyecto. «El Código dice que si usted va a poner una planta fuera de las zonas urbanas obtiene beneficios (tributarios), si contrata a cierto número de personas discapacitadas. Pero en zonas marginales apenas se consigue personal», sostiene.

Miranda añade que el incentivo industrial no solo tiene que llegar del régimen de turno, sino de los municipios, a través de la flexibilización de «tributos y mejores políticas de organización. Solo así se motivará a los más pequeños».

Fuente : El  Expreso

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