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Los optimistas resultados en el cierre del 2010 dados a conocer por los diferentes sectores de la actividad económica se mantienen en el primer trimestre del año. Pero ese crecimiento está atado principalmente al gasto y al consumo. Según el analista económico Cristian Dávalos, el contar con un altísimo precio del petróleo, que ha sobrepasado durante casi todos los tres meses del año los USD 100, dio un margen de maniobra al Gobierno para igualarse en los pagos corrientes e inyectar dólares a la economía. “Hay la sensación de que tenemos más plata en el bolsillo y corremos a comprar vehículos o casas. Pero puede ser algo ficticio”. Añade que la sensación de opulencia lleva al país y a los ciudadanos a endeudarse más porque sienten que durará para siempre y que no habrá problemas. Es así como durante este trimestre las actividades financieras de captación de depósitos y de aumento de créditos de consumo y de vivienda han aumentado en el orden del 20% respecto al 2010. A todo ello hay que sumar que el Estado se ha endeudado con China (USD 1 000 millones de venta anticipada de crudo), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento (CAF) para financiar proyectos, lo que ha introducido mayor cantidad de dólares a la economía. En ese sentido, como ejemplo, la banca privada ya alertó de una posible burbuja hipotecaria que podría estallar en el futuro. Las autoridades, en cambio, están de plácemes. Para la ministra coordinadora de la Política Económica, Katiuska King, cada dólar adicional en el precio del petróleo proyectado para el presupuesto representa casi USD 80 millones adicionales de ingresos. El Presupuesto de este año estimaba un precio promedio del barril de crudo de USD 73,7. “El crecimiento económico se sustenta en el aumento de la inversión productiva pública y privada. A pesar de los problemas de la balanza comercial, afectada por un nivel de importaciones más alto que el previsto, los resultados obtenidos son mejores que los anunciados por organismos internacionales”. Pero, pese a lo positivo de las cifras, los problemas en varias actividades productivas dan muestras de que la economía está sentada en un imaginario.