Archive for agosto 24th, 2011
La confianza de los empresarios subió 18,9 puntos el mes pasado
El Índice de Confianza Empresarial (ICE) Global, en julio de 2011, registró un incremento de 18,9 puntos con respecto al mes anterior, para ubicarse en 697.9 puntos, de acuerdo con el Banco Central del Ecuador (BCE).
Las cuatro ramas de actividad económica analizadas contribuyeron a la mejor predisposición de los ejecutivos. El sector servicios tuvo un aporte del 38%, la industria, 32%; la construcción, el 16%; y el comercio, el 14% restante.
En julio, la demanda laboral en el sector de la construcción aumentó en 0,2% con respecto a marzo, por la mayor dinamia de esta área productiva. El estudio mensual indica que el volumen de construcción aumentó en 3,6% respecto al mes anterior. Los empresarios de este sector esperan que esta variable se incremente un 4,1% al finalizar el mes en curso. (LCC)
A través de su página en Internet, el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció ayer que finalizaron los concursos de méritos y oposición para seleccionar a los miembros del Consejo de Educación Superior (CES), y el de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior del Ecuador (Ceaaces).
La creación de estos organismos la estableció la nueva Ley Orgánica de Educación Superior, vigente desde hace un año.
Por la naturaleza de sus funciones, tareas y atribuciones, reemplazan a los desaparecidos Consejo Nacional de Educación Superior (Conesup) y Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación (Conea).
Según el anuncio del CNE, mañana el pleno realizará la posesión y la entrega respectiva de las credenciales a los postulantes seleccionados para las dos nuevas entidades (ver nómina en el cuadro adjunto).
Solo uno de los nuevos integrantes del Consejo de Educación Superior es de Guayas. Ella es Cecilia Paredes, catedrática de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), quien se desempeñaba como presidenta del CES provisional.
También es la única académica de la Costa, frente a cuatro de la Sierra (dos de Pichincha, uno de Imbabura y otro de Cañar) y uno de Colombia.
El Ceaaces lo integrarán dos académicos de la Sierra (Pichincha y Loja) y uno de Brasil.
La Constitución vigente desde 2008 le fijó a este organismo un plazo de cinco años para evaluar y acreditar a todas las instituciones de educación superior del país, sus programas y carreras. Es decir, le quedan poco más de dos años para cumplir con esa tarea.
El proceso de selección
La Ley de Educación Superior, en su artículo 168, dispone que los seis académicos y un representante de las universidades que integrarán el CES y los tres miembros del Ceaaces serán seleccionados a través de concurso público de méritos y oposición, a cargo del Consejo Nacional Electoral.
Así, cumplidas las etapas de recalificación de las pruebas y ensayos, y notificados los resultados a los postulantes a los concursos públicos, el CNE aprobó el informe final de la Comisión Técnica Asesora encargada de la calificación y recalificación, tanto de méritos como de oposición, quedando designados los representantes a los Consejos de Educación.
La evaluación del puntaje total de los concursos fue sobre cincuenta (50) puntos: treinta y seis (36) puntos por la valoración de méritos, y catorce (14) puntos por la oposición.
Como se estipula en el reglamento de los concursos, para la selección de los seis (6) miembros se consideraron los criterios de áreas de conocimiento, equilibrio territorial y de género. El estudiante que formará parte del CES será aquel que obtuvo la más alta puntuación en el concurso.
Para el Ceaaces se seleccionó a los tres (3) académicos con las más altas puntuaciones respetando la equidad, alternancia y paridad de género.
Según el Consejo Nacional Electoral, el concurso contó con la participación y el acompañamiento de la Veeduría Ciudadana, «en forma individual y colectiva».
La industria colateral a la bananera sufre por las pérdidas de la crisis global que provocó que las exportaciones de la fruta disminuyeran en más de un millón de cajas las últimas semanas.
La situación ha provocado un efecto agresivo en tres líneas productivas: la de cartón y plástico y la venta de fungicidas que, en el último mes, cayeron en un 30%. En la cartonera Procarsa S.A., por ejemplo, ya no se trabaja al mismo ritmo del año anterior, pues la baja demanda de cartones de los bananeros afectó el volumen de producción y descienda a 700 mil cajas por semana, del millón que fabricaban.
Esa situación se ha venido agravando en las últimas cuatro semanas, asegura Geovanny Coellar, presidente de la Asociación de Cartoneros del Ecuador, que agrupa a siete compañías del país. Estas empresas, explica, están forzadas a soportar el peso de la crisis, «debido a que el 70 por ciento de las 570 mil toneladas de papel que utilizan al año para la producción del cartón se destinan a la exportación del guineo», refiere.
Según las cifras de la Asociación de Exportadores de Banano (AEBE), Ecuador exportó la semana pasada cuatro millones de cajas, de los cinco millones en promedio, previo a la crisis que fue originada por la baja demanda de guineo, por parte de la Unión Europea que ha dejado de consumir el alimento por problemas económicos y por las altas temperaturas de esta temporada.
El efecto por la caída de los despachos también lo sienten los plastiqueros que han disminuido en una tercera parte la venta del insumo que sirve para la protección de la fruta que sale del país.
Cecilio Jalil, presidente de la Asociación de la Industria Bananera del Ecuador, sostiene que la repercusión llega a otras áreas. «También afecta a otros proveedores como el servicio naviero que ve disminuir su número de embarques, lo mismo pasa con el transporte y la venta de fungicidas», dice.
La iliquidez que existe en el campo, ha hecho que los agricultores restrinjan el uso de algunos insumos que destinan para la producción, entre ellos los fungicidas. «En lo que va del mes, hemos vendido un 30% menos que lo esperado y eso está pasando a nivel en general», dice Juan Sebastián Borja, gerente Agrícola de la División de Banano de Agripac, quien prevé que la facturación por este rubro baje a finales de agosto de 700 mil a $ 500 mil.
Pero la desesperación que empiezan a sentir los industriales, parte desde las pequeñas haciendas de las tres principales provincias bananeras del país. En Quevedo, Los Ríos, las pérdidas se cuentan por cada racimo que están dejando de vender.
Wilfrido Macías, presidente de la Asociación de productores de ese cantón, afirma que del millón de cajas que cosechan semanalmente en La Maná, Quevedo y Valencia, el 50% no logra ser vendido.
En El Oro, ocho millones de cajas de banano, equivalentes a 44 millones de dólares, dejaron de exportarse en diez semanas de crisis. Ese es el cálculo que estiman representantes del sector productor que aún están a la espera de que se cumpla el acuerdo ministerial 294 que declara en emergencia al sector durante cinco semanas y que autoriza la compra de los racimos que, por la crisis, no logran ser vendidos.
La euforia que productoras y estibadoras vivían todos los martes por el inicio de los embarques, dejó de percibirse desde hace unas semanas. Ayer, el panorama volvió a ser distinto.
Al pie de las empacadoras y vías aledañas, los racimos yacían amontonados o eran aprovechados por terceras personas, que en pequeñas camionetas y hasta triciclos transportaban la musácea hacia sus hogares o a granjas porcinas.
En Milagro, la situación es similar. En la hacienda Enmita del Rocío, los 60 trabajadores deben desechar alrededor de 1.000 racimos de la fruta por semana, y ya van por la cuarta. A la entrada de esa finca, que cuenta con 95,56 hectáreas de plantaciones, lucen arrimadas las pilas de racimos. Un 40% de la producción se perdió.